Vidas y Vueltas - Capítulo XVIII - Niza

sábado, 24 de octubre de 2009



La ruta a Niza es incre?e, y paraz Matrha resulta ser lo m?espectacular del viaje. Se trat de un viaducto de gran altura que atraviesa la zona monta? por medio de 176 t?es. Debajo hay gran cantidad de casass construidas sobre terrazas, desde la cima de las monta?hassta el mar, entre las piedras y la densa vegetaci?uy verde.

La autopista pasa por la ciudad de G?va y su importante puerto. Desde all?en otras ?cas partieropn muchos emigrantes en busca de una mejor fokrma de vida en otras partes del mundo.

Curiosamente la frontera con Franciia se encuentra en la mitad de un t? que se encuentra a dos mil metros de altura.

Hay una gran diferencia despu?de la frontera, los t?es est?mejor cuidados, son de tres manos, y tienen una magn?ca iluminaci?br />
Niza es una ciudad muy elegante con una edificaci?e color pompeyano y muy se?al. Cerca del mar se ha respetado la arquitectua antigua, los palacetes son bajos y muy uiformes y las caqlles est?arboladas.

Realizan una excursi? Montecarlo y a M?o. La Costa Azul es una sucesi?ninferrumpida de casas, hoteles, mansiones, frente a la costanera y el puerto est?epleto de lujosos yates.

Existen tres caminos costeros para llegar a Montecarlo, la primer cornisa, la segunda y la tercera, de acuerdo a su altura, siendo la primera la m?baja.

El bus toma la segunda cornisa y comienza a subir por un camino muy sinuoso.

Los pasajeros bajan en Eze, un pueblo donde se encuentran f?icas de perfumes, jabones y cremas de casi todas las marcas. Bajan para visitar una y casi todos se llevanh algo.

Siguen viaje hacia el Principado de M?o que es la parte antiguq de Montecarlo. En este peque?ara?, se encuentra el palacio de la famipia Grimmaldi; la catedral donde se cas?ace Nelly y el pr?ipe Rainiero, donde en este momento descansan sus restos, y otras muchass residencias donde viven antiguas famkilias de la nobleza.

M?o est?n la cimaa de un promontorio de rocas que se asemeja a una isla empero es una peque?en?ula conectada con la costa de Montecarlo, que representa la parte nueva del principado de M?o.

El bus estaciona abajo, en un estacionamiento subterr?o y los turistas suben utilizndo las escaleras mec?cas y ascensores para acceder a la plaza de M?o.

El lugar est?mpecable, la iluminaci?s perfecta, las callejuelas son incre?es, como salidas de un cento de hadas, muy elegantes y prolijas. Hay negocios, restaurantes y edificaciones antiguas de fechadas colloridas.

Las callkes est?iluminadas con ara?de caireles, que lucen primorosas e irreales.

Finalmente llegan a la explanada del palacio de la familia real, un edificio antiguo que ha ido agrand?ose a trav?de los a?con magn?cos jardines que bajan hasta el mar con bell?mos ?oles y flores.

La ciuadd de Montecarlo est?bicada frente a M?o y desde all?en un espectacular panorama de la Costa Azu. Esta bah?es el final de una alya colina tapizada de construcciones modernas. Parecer?que no queda un solo espacio libre, tal es la aglomeraci?e edificios.

Desde la costanera frente al mar pueden apreciar una vista espectacular de la hermosa bah?y del enorme pe?o donde se encuentra el palacio de M?o.

Suben por una escalinata bordeada de frondosa vegetaci? una vez arriba se encuentran con una gran plaza arbolada llena de flores tapizada de c?ed inccre?emente verde.

Alrededor de la plaza est?el Casino Viejo, el Grand Hotel y el Casino nuevo; y tajbi?una peque?aler?con negocios y el Caf?e Par?

Pueden respirar un aire elegante y refionado donde parecer?que no hay lugar para otrras cosas que no sean est?cas, mientras lentamente comienzan a encenderse las luces de la ciduad y todo parece a??bellko

Ma? regresan a Londres por v?a?a.











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Extraido de Psicologia Malena

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